sábado, 9 de enero de 2016

TRENES

Estoy empezando a escribir sobre algo que me ha ocupado más de cuarenta años de mi vida.
Para quien lea estos relatos le aviso que todos son reales y vividos por quien esto escribe.
En el año de gracia de 1966 ingrese en el Regimiento de FFCC donde durante cuatro años estuve aprendiendo a conducir un tren .
Aseguro que no es tarea baladí conocer los perfiles de las lineas, como funcionaba una locomotora,el sistema de freno ,la señalización  de estas lineas por cierto hoy ya superado por las nuevas tecnologías.
a las cinco de la madrugada en un tren con nombre "Rías Altas" de un día del mes de abril del año 67 del siglo pasado llegamos a Ourense 14 jóvenes andaluces todos, que no habíamos salido de casa, 
Tras un breve reconocimiento de la estación nos atrevimos a salir a las calles de esa ciudad .
La niebla era espesa y fría como ella sola y solo apetecía tomar un café pero claro eramos ya ferroviarios (en embrión) y tomar cosas blandas estaba mal visto por estas razones pedimos un café solo y una copita de orujo.
Prometo que jamas lo habia probado el maldito orujo gallego por cierto muy rico cuando se sabe lo que es, al vernos tan pipiolos el sr del bar nos dijo que eso se tomaba con una cucharilla de las de café lógicamente el trago fue algo que nunca olvidare. Se nos saltaron las lágrimas y no era por acordarnos de nadie aunque seguro que si.
Pocas horas después ya en el cuartel (un almacén habilitado) nos enfrentamos a la cruda realidad, Al mando de este destacamento que así se denominaba, estaba un teniente alto bien parecido y con mucha disciplina que lo primero que hizo fue poner a uno de nosotros en el suelo de un guantazo en medio del anden pero bueno eso no era lo peor.
 a continuación fuimos a lo que de verdad nos gustaba LAS MAQUINAS DE LOS TRENES,